lunes, 30 de mayo de 2011

Los Callejones y el Errante: Çatal Hüyük

Una recreación de Çatal Hüyük en base a las excavaciones
Una de las premisas básicas que me impuse antes de comenzar a elaborar el argumento y posterior guión de "Los callejones y el errante", eran los escenarios. Debían ser creíbles, de ser posibles, verdaderos. Es decir, más allá de la ficción, el epicentro de la acción tenía que tener un asidero en la historia, pero a su vez, pertenecer a esa franja de lugares que podrían tildarse de místicos.
En gran parte, creo haber cumplido con ese objetivo. Ustedes podrán juzgarlo con el tiempo, claro está. Por lo pronto, mientras hacemos un alto en la historia y tras haber recorrido tres capítulos y 39 páginas, quiero compartir más de Çatal Hüyük, esa extraña y enigmática ciudad que realmente existiera hace miles de años y que fuera creación de la humanidad.
Estuvo emplazada en lo que hoy es Turquía, pero hace ya más de 9.000 años (7.500 a C.). Es considera por los arqueólogos e historiadores como la primera ciudad de la que se tiene constancia. Existían poblados, lugares aislados, pero nada parecido a lo que significó esta localización geográfica, ya sea por magnitud en la época, como por su paradigma, que plantea el inicio del ser humano sedentario, a partir de afincarse en un lugar determinado, abandonando la práctica nómade que podría llamarse también, práctica natural de subsistencia.
La ciudad estuvo situada en las orillas del río Çasamba, en la llanura de Konya, en la Anatolía central. Fue descubierta a finales de los años 50 y restaurada en los 60, aunque su estado de conservación es asombroso dada las fechas estimadas.
El lugar fue famoso rápidamente debido a su gran extensión y a la densa ocupación del asentamiento, como las pinturas espectaculares de los muros y las piezas encontradas en el interior se sus viviendas.
La Diosa Madre
Este yacimiento es uno de los mayores asentamientos neolíticos del Próximo Oriente, con una superficie de 13 hectáreas. Desde 1993 un equipo internacional de arqueólogos, ha estado realizando nuevas excavaciones.
Además de los elementosd culturales, artesanales y religiosos que sobrevivieron al tiempo, esta ciudad tenía una particularidad, bien aprovechada en el relato: las casas de Catal Huyuk se construían en medianería (pared común entre dos casas), sin calles ni pasajes, y el acceso a las viviendas se hacía por el tejado, utilizando escaleras que iban de un nivel al otro.
Un detalle anecdótico fue que al recibir los primeros bocetos de Felipe, vi las casas tan cual había observado en distintas fotografías, por lo que le pregunté nuestro querido amigo si había estado buscando también el información en internet: "No - me dijo - las dibujé como las describiste". Es un ejemplo sencillo de nuestro entendimiento, que se produjo cuando aún no teníamos ni siquiera una página terminada como equipo de trabajo.
Podemos agregar de las viviendas, que estaban hechas de adobe (barro mezclado con paja y secado al sol) y vigas de madera.
Los hallazgos hablan de la existencia de una agricultura avanzada. Los restos calcinados del asentamientos atestiguan que los cultivos básicos eran el trigo, la cebada y los guisantes. Aunque también aparecen restos de lentejas y algarrobo.
Los cultivos se complementaron con productos procedentes de la recolección como: las manzanas, los pistachos, almecinas, almendras y bellotas. La fuente principal de carne era el ganado, aunque parece que los animales salvajes eran también parte importante de su dieta, a juzgar por las pinturas de la paredes que representan escenas de caza de ciervos, de verraco y de onagros rojos.
Entre los restos encontrados (además de puñales de obsidiana y frescos en las paredes) destaca sus esculturas de la diosa madre que traen a la memoria las Venus Paleolíticas, símbolos de fertilidad femenina que han ido evolucionando a un culto de la Diosa Madre, entronizada como luego será Isis o Cibeles, con sus órganos sexuales como principal atributo.
Aunque según algunos investigadores, no se han encontrado aun templos claramente identificables, es indiscutible que las tumbas, los murales y las figurillas sugieren que la población de Çatalhöyük poseía una religión compleja, rica en simbología y que se reunían en ciertas salas, abundantes en tales hallazgos, que serían capillas o zonas de encuentro.
El desarrollo de esta civilización se interrumpió bruscamente hacia el 5700 a. C. por un gran incendio, que coció el adobe y permitió que paredes de hasta tres metros quedaran en pie. La mayor parte del asentamiento fue destruido o abandonado.
Boceto del 2009 del Errante
al maldecir Çatal Hüyük
La verdadera razón del incendio, se desconoce. Quizá ese fue el dato necesario para decidirme por este escenario para la tercera parte del Errante. Un misterio de casi 7000 mil años, que aún es un rompecabezas para sus estudiosos.
Si bien esto es ficción, podría aparecer algún historiador a desafiar nuestra teoría. Sin embargo, habría que explicarle que el Errante no es como cualquier persona. O bien, bastaría con invitarlo a que cada lunes siga sus aventuras y de esa forma, comprenderlo un poco mejor, como quizá estén haciendo ustedes cada semana, mientras se preguntan "qué busca", "qué quiere" y por sobre todas las cosas, "quién es el que lo sigue".
Estanos a más de siete mil años del presente. Vaya que quedan kilómetros y siglos por recorrer.

No dejen de visitar la web oficial de las excavaciones: http://www.catalhoyuk.com/

4 comentarios:

Martha Barnes dijo...

¡Más interesante y atrapante,imposible!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

que bueno!!! esto es historia pura y atrapante!!!

Con tinta violeta dijo...

Muy buena la explicación!. Lo importante de una historia es tener un enganche con la realidad...eso la hace siempre real, pero inquietante. Las ciudades míticas están envueltas en la bruma del tiempo y solo con evocarlas desatan nuestra imaginación. Bien hecho muchachos!
Besos!!!

SIL dijo...

Fascinante.
Estas historias, cuando adquieren viso de realidad, triplican impacto.


Beso x 2

SIL