Uhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh...años buscando ser original, llegar a tener un estilo propio en el dibujo. Amaneramiento, eso es. El estilo te define ante los otros, pero te fosiliza.
"Serás siempre así". La creatividad adquiere características de concreto, de hierro, se vuelve siempre igual a si misma.
Aunque hay ciertos artistas que podríamos decir, tienen un "no estilo", que a su vez los define y se los reconoce por esa -paradójicamente- diversidad.
Entonces, salvando enooooooormes distancias con los maestros Alberto y Enrique Breccia, yo tomé de ellos entre otras cosas ESE CONCEPTO:
dibujar distinto, sin estilo, dibujar de acuerdo al guión recibido.
La historieta es guión + dibujo. Si prevalece uno sobre otro, es como una asfixia nada grata.
Está bien: uno no decide solito esto, hay quienes te van empujando.
En los años ochenta estudié y me gradué de Diseñador Gráfico en la Universidad de Buenos Aires. Fuimos la segunda camada de la carrera, así que sufrimos todas las carencias inimaginadas (donde la falta de la libreta universitaria para asentar cada examen aprobado fue la menor) pero también tuvimos todos los priviliegios que conlleva el ser de los primeros en estudiar algo.
El mayor privilegio tal vez fue tener profesores que eran -todos- gente de gran oficio, hechos en el trabajo de cada día. Ronald Shakespear y más tarde el recordado Norberto Cóppola, en la materia Diseño, fueron guias y motores constantes para el desarrollo de la imaginación.
Pero hubo mas, otros, todos especialistas en lo suyo,en Fotografia, Tipografia, Sistemas de Impresion, Análisis Literario, Sociología, Comunicación...cada uno, gente formada.
En fin, que en Diseño aprendí pronto que había dos "escuelas" que se daban de patadas. Una privilegiaba el mensaje y el destinatario, escondiendo su propia particularidad (estilo) en "lo que había que decir cada vez". En la otra, en cambio, no importaba tanto el objeto a comunicar: uno siempre terminaba distinguiendo al "autor" de la pieza comunicacional.
En este dueto confrontativo, rápidamente me alisté entre los que anteponemos el que decir antes que el "Yo"; super Ego casi inevitable en muchos diseñadores. Uno ve por ahí cosas de Milton Glaser o de Jean Folón y uno sabe antes que nada, que son ellos. Mucho después y con cierto esfuerzo de la atención, uno recae en el Objeto o "Por qué" de esa pieza gráfica. Y recién ahí entiende (a veces) el mensaje.
Por eso, y desnudando la carencia de estilo, uno ha venido tratando de darle a cada composición de Ernesto A. Parrilla, una mirada visual distinta.
Para acentuar el mensaje. Para tratar de "decir" mejor desde la gráfica utilizada.
Espero que el resultado sea bueno, y que no se termine privilegiando la impronta del dibujo antes que el contenido de la letra impresa, canal directo de la mente del escritor al lector.
"Serás siempre así". La creatividad adquiere características de concreto, de hierro, se vuelve siempre igual a si misma.
Aunque hay ciertos artistas que podríamos decir, tienen un "no estilo", que a su vez los define y se los reconoce por esa -paradójicamente- diversidad.
Entonces, salvando enooooooormes distancias con los maestros Alberto y Enrique Breccia, yo tomé de ellos entre otras cosas ESE CONCEPTO:
dibujar distinto, sin estilo, dibujar de acuerdo al guión recibido.
La historieta es guión + dibujo. Si prevalece uno sobre otro, es como una asfixia nada grata.
Está bien: uno no decide solito esto, hay quienes te van empujando.
En los años ochenta estudié y me gradué de Diseñador Gráfico en la Universidad de Buenos Aires. Fuimos la segunda camada de la carrera, así que sufrimos todas las carencias inimaginadas (donde la falta de la libreta universitaria para asentar cada examen aprobado fue la menor) pero también tuvimos todos los priviliegios que conlleva el ser de los primeros en estudiar algo.
El mayor privilegio tal vez fue tener profesores que eran -todos- gente de gran oficio, hechos en el trabajo de cada día. Ronald Shakespear y más tarde el recordado Norberto Cóppola, en la materia Diseño, fueron guias y motores constantes para el desarrollo de la imaginación.
Pero hubo mas, otros, todos especialistas en lo suyo,en Fotografia, Tipografia, Sistemas de Impresion, Análisis Literario, Sociología, Comunicación...cada uno, gente formada.
En fin, que en Diseño aprendí pronto que había dos "escuelas" que se daban de patadas. Una privilegiaba el mensaje y el destinatario, escondiendo su propia particularidad (estilo) en "lo que había que decir cada vez". En la otra, en cambio, no importaba tanto el objeto a comunicar: uno siempre terminaba distinguiendo al "autor" de la pieza comunicacional.
En este dueto confrontativo, rápidamente me alisté entre los que anteponemos el que decir antes que el "Yo"; super Ego casi inevitable en muchos diseñadores. Uno ve por ahí cosas de Milton Glaser o de Jean Folón y uno sabe antes que nada, que son ellos. Mucho después y con cierto esfuerzo de la atención, uno recae en el Objeto o "Por qué" de esa pieza gráfica. Y recién ahí entiende (a veces) el mensaje.
Por eso, y desnudando la carencia de estilo, uno ha venido tratando de darle a cada composición de Ernesto A. Parrilla, una mirada visual distinta.
Para acentuar el mensaje. Para tratar de "decir" mejor desde la gráfica utilizada.
Espero que el resultado sea bueno, y que no se termine privilegiando la impronta del dibujo antes que el contenido de la letra impresa, canal directo de la mente del escritor al lector.
Porque al fin, de lo que hablamos es de hacer historietas.
Felipe R. Ávila
Felipe R. Ávila