Hola, les escribe la Rata Inmunda, una rata mas que habita en esta pocilga
donde trabajan y viven Don Calaverita y el gordo esclavo.
"Rata" viene a ser mi nombre e Inmunda mi apellido,
o al menos así me dicen estos dos:
"Che, ahi está otra vez esa rata inumnda, matala" dice el dibujante.
O bien:
"Qué rata inmunda divina para el almuerzo" le oí decir a Netomancia una vez.
Creo que en tono de broma, claro.
Y bien, Rata Inmunda soy y escribo porque estos dos no pueden hacerlo ahora.
¿Vieron que no apareció ayer la tira del niño "E"?
Esto es un descalabro, un descontrol.
Netomancia no aparece por ningún lado, es decir que
NO DA LA CARA.
(Por otra parte, mejor)
Y el esclavo padece de algo terrible.
No, no haré el chiste fácil:
"padece, padece... un osito"
Padece de sufrir, no de "parecer".
Bueno, que seré una Rata Inmunda pero valoro en su medida cada palabra, che.
El esclavo, padece... no volvió bien.
Y sí, era lo lógico de esperar ¡en una novela como esta!
El esclavo ha sido recuperado
pero sufre de una total y absoluta ¡¡AMNESIA!!
No recuerda cómo se toma un lápiz ni por qué lado del palito hay que meterlo
en el sacapuntas para... sacarle punta, claro.
¡Oh, dioses antiguos!
¿Qué habremos de hacer?
¿Será una amnesia pasajera como dijo un médico brujo de la tribu Szawilanda consultado
en presencia del detective Larry,
o deberemos tal vez darle la libertad definitiva?
A propósito, no pregunten por la suerte del conocido Larry Trenton, eh.
No creo que nos vuelva a molestar en mucho tiempo.
Lo vi ayer hablando con él a
quieustedessaben y estaba al rato muy sonriente
con esa carita preciosa de zapallo agujereado que ostenta...
Los dejo, amigos y amigas, y hasta siempre.
Rata Inmunda.