La madre de Tito
Estábamos en segundo grado, año 1966 o 67,yo tendría unos 6 o 7 años. Por haber nacido en Mayo me tocó entrar con 5 1/2 años a primer grado, así que tendría 6 o 7 en segundo. Da igual. Se usaba entonces que cuando salíamos de la escuela las madres nos esperaran en la puerta o en la esquina para llevarnos a cada uno a sus casas. Yo usaba el pelo engominado y el guardapolvos blanco, clásico de una escuela pública, gratuita y del Estado. Recuerdo –o tal vez recuerdo el recuerdo de lo contado por mi madre y mi abuela mucho después- que salíamos de a dos, en fila, y al lado mío iba un chico de flequillito y amplia sonrisa. Alberto “Tito” C. Así se llamaba el nene (omitamos el apellido) y era un pibe que cantaría años después en todos los actos, un chico con una gran voz que –supongo- se debe haber dedicado a otra cosa. No lo volví a ver, ¡pero qué bien cantaba Tito, che! Zambas, Cuecas, tocaba el bombo mientras cantaba, todo el folklore…Bueno, salimos ese día de la escuela juntos, charlando con Tito y la madre de él y la mía se nos acercan. Sin perder tiempo, Tito, entusiasmado, saca el cuaderno de clases y le muestra a la mamá:"¡¡¡¡Mami, mirá! ¡Mirá!¡Mirá que lindo castillo me hizo!!"
El castillo en cuestión con grandes piedras marrones techos colorados y algunas banderas en las almenas, ocupaba toda la página y se veía a pesar de estar dibujado en una hoja con renglones. En la entrada lucía un puente levadizo y lo rodeaba un lindo foso. Lo que no recuerdo es si había cocodrilos, eso no.
La madre fue toda una: tomar el cuaderno, acercarlo a los ojos –ya redondos como dos ciruelas encendidas- y decir a los gritos:
¡¡¡¡¿¿¿¿Quién!!!!????? , ¡¡¡¡¿¿¿¿Quién te arruinó el cuaderno, quién te dibujó esta porquería!!!!?????
Estábamos en segundo grado, año 1966 o 67,yo tendría unos 6 o 7 años. Por haber nacido en Mayo me tocó entrar con 5 1/2 años a primer grado, así que tendría 6 o 7 en segundo. Da igual. Se usaba entonces que cuando salíamos de la escuela las madres nos esperaran en la puerta o en la esquina para llevarnos a cada uno a sus casas. Yo usaba el pelo engominado y el guardapolvos blanco, clásico de una escuela pública, gratuita y del Estado. Recuerdo –o tal vez recuerdo el recuerdo de lo contado por mi madre y mi abuela mucho después- que salíamos de a dos, en fila, y al lado mío iba un chico de flequillito y amplia sonrisa. Alberto “Tito” C. Así se llamaba el nene (omitamos el apellido) y era un pibe que cantaría años después en todos los actos, un chico con una gran voz que –supongo- se debe haber dedicado a otra cosa. No lo volví a ver, ¡pero qué bien cantaba Tito, che! Zambas, Cuecas, tocaba el bombo mientras cantaba, todo el folklore…Bueno, salimos ese día de la escuela juntos, charlando con Tito y la madre de él y la mía se nos acercan. Sin perder tiempo, Tito, entusiasmado, saca el cuaderno de clases y le muestra a la mamá:"¡¡¡¡Mami, mirá! ¡Mirá!¡Mirá que lindo castillo me hizo!!"
El castillo en cuestión con grandes piedras marrones techos colorados y algunas banderas en las almenas, ocupaba toda la página y se veía a pesar de estar dibujado en una hoja con renglones. En la entrada lucía un puente levadizo y lo rodeaba un lindo foso. Lo que no recuerdo es si había cocodrilos, eso no.
La madre fue toda una: tomar el cuaderno, acercarlo a los ojos –ya redondos como dos ciruelas encendidas- y decir a los gritos:
¡¡¡¡¿¿¿¿Quién!!!!????? , ¡¡¡¡¿¿¿¿Quién te arruinó el cuaderno, quién te dibujó esta porquería!!!!?????
Mi mamá me miró enseguida. Yo abrí los ojos mas grandes que los de la madre de Tito, y puedo asegurar que mis ojos en esa cara mía ocupaban bastante mas que ahora. Y dije:”Yo fui” “Yo se lo dibujé, él me lo pidió”
La madre de Tito quedó como contracturada, congelada en el acto pero su cabeza adquirió una habilidad inusual, porque giró rápidamente mirando sucesivamente a mi madre y a mi. "¡Pero, hijo, Felipe, cómo le dibujaste eso al nene en el cuaderno de clases!”, mintió enojo mi madre. Volví a decir la verdad: “Él me lo pidió”. La madre de Tito en un microsegundo volvió a girar la cabeza y sonriente dijo: “Ah, que bien que está dibujado, pero no, por favor, no hay problemas”. “No lo vuelvas a hacer, entendiste” me retó mi madre."Pero él me lo pidió…dije yo casi al borde de la lágrima. Nos despedimos de la madre de Tito y de Tito, que a esta altura no sabía si había estado bien o mal eso de querer tener un dibujo mío en su cuaderno.
La madre de Tito quedó como contracturada, congelada en el acto pero su cabeza adquirió una habilidad inusual, porque giró rápidamente mirando sucesivamente a mi madre y a mi. "¡Pero, hijo, Felipe, cómo le dibujaste eso al nene en el cuaderno de clases!”, mintió enojo mi madre. Volví a decir la verdad: “Él me lo pidió”. La madre de Tito en un microsegundo volvió a girar la cabeza y sonriente dijo: “Ah, que bien que está dibujado, pero no, por favor, no hay problemas”. “No lo vuelvas a hacer, entendiste” me retó mi madre."Pero él me lo pidió…dije yo casi al borde de la lágrima. Nos despedimos de la madre de Tito y de Tito, que a esta altura no sabía si había estado bien o mal eso de querer tener un dibujo mío en su cuaderno.
Nos fuimos caminando cada uno para su lado. Saludé (dándome vuelta a lo lejos ya) a Tito, el nene que cantaba muy bien, al que un día le dibujé un castillo.
Mi mamá me dijo: “estaba bárbaro, muy bien hecho, eh!"
“¿Qué cosa?” Pregunté yo, que a esa corta altura de mi vida ya no entendía a las mujeres.
“¿Cómo qué? El castillo.¡Muy lindo”. Me dijo, y nos fuimos sonriendo hasta casa.
“¿Qué cosa?” Pregunté yo, que a esa corta altura de mi vida ya no entendía a las mujeres.
“¿Cómo qué? El castillo.¡Muy lindo”. Me dijo, y nos fuimos sonriendo hasta casa.
Epílogo:
Ya había aprendido que debía documentarme para poder dibujar, cuando sucedió lo del concurso de La Campagnola.Ahora había aprendido otra cosa: lo que era dibujar a pedido. Por supuesto, no le habia cobrado ni solicitado nada por dibujarlo, simplemente Tito me lo pidió y se lo hice. Y así, como si fuera mi primer cliente,Tito, sin querer me enseñaba junto a su madre que de un cliente,al fin, uno puede esperarse...¡cualquier cosa!
Felipe R. Ávila
16 comentarios:
¡La historia es hermosa, Felipito ,su castillo y su arte naciendo!!!
Gracias Martha!
Lo mejor...¡es que sucedió así!
No inventé nada...
Tal vez la madre de Tito tenía otro peinado, o ruleros,no se...
Gracias por escribir,Martha,y ahora que me acuerdo...
¿Sabías que está en el país hasta fin de año,Raúl Ávila? Quiere verte.
Jaja... me encantó la historia! Era todo un tema el de los dibujos a pedido. Te confieso que nunca se me ocurrió "arruinar" un cuaderno de clases, pero era muy común que me alcanzaran hojas para hacer un dibujo. Ni te cuento hacia el 75/76, pleno furor de la Pantera Rosa, cuando me pasaba literalmente TODO EL DÍA dibujándola junto con el Inspector (me salían y me salen bastante bien ambos). Y hace unas semanas me los pidió el hijo de una amiga, con lo cual se me vinieron a la cabeza aquellas imágenes infantiles.
Gracias por el recuerdo Feli!
Gracias a vos Marcelo!
Por enlazarlo a tu propia vivencia...
PD: Qué gracioso el Inspector!
Un lujo de anécdota. Y me alegro que la hayas publicado! Eso si, me quedé con las ganas de ver el castillito jaja.
Un abrazo!
PD: Quiero ver la pantera rosa y el inspector que hace Marcelo!
que grande, que grande Felipe querido, ya de chiquito creando y gestando castillos, en papel y en sueños también!!!
genial anécdota, gracias por compartirla con nosotros!
abrazos!
// a esa corta altura de mi vida ya no entendía a las mujeres...
Hay verdades, Felipe, que se revelan muy precozmente.
Beso grande
SIL
Neto: no sabe lo bien que dibuja Marcelo Bukavec, peor se ha dedicado al diseño gráfico...y bueh...
Diego: gracias, amigo!
Sil: sigo sin entender a ninguna mujer, pero ya no intento hacerlo...
Flor de anécdota.
Flor de vieja chota.
Flor de trauma. ¡Ja!
Si habrá dibujado a la gentil mamá de Tito para hacer tiro al blanco... ¡Confiese!
¡Que bellos recuerdos!
¡Y que temprana manifestación de tu arte! Está claro que tu naciste para el dibujo...y además de todo generoso: te piden y das...
Lo de las mujeres: una sabia decisión...dudo que ninguno sea capaz de entendernos: mejor convivamos juntos, en paz y ¡solucionado!ja,ja.
Besos artista!!!
Oso querido: confieso
¡¡si!!!¡¡Esa vieja $%$%$/&!!!
jaja
Pero hablando en serio, la verdad, a la madre de Tito nunca le llegué a tener bronca, como que no llegué a entender su desprecio, mas bien de chico me di cuenta (y gracias a los comentarios risueños de algunos mayores) de la brutalidad de algunas personas para las cuales un dibujito es simplemente una mancha asquerosa...y bueno...
Gracias Paloma, la hsitoria la recordé hace poco, la escribí y se la mandé al amigo Neto, que es el experto escritor aquí.
Cual "Censor Eclesiástico" me escribió luego de una atenta lectura:"Puede publicarse".
Y así lo hice...
jojojojjo
¿Te lo imaginas a Neto de sotana mirando un texto para ver si contiene excesos y/o morbo en demasía?
Bueno, bueno, en todo caso sería, si un texto NO tiene sangre y morbo. Eso no sería publicable jajaja.
Ja,ja,ja Netomancia de cura con sotana negra ejerciendo de censor eclesiástico!!!...solo de imaginarlo no podía parar de reír Felipe..¡¡¡¡porfa!!!!! dibujalo!!!!
Aunque bien pensado...¿no será que estaba oscuro, lo viste vestido de negro y no observaste la capucha y la guadaña que lucía tras el brazo derecho? Anda, fíjate bien...
Besos!!!
Cuando era chica,le dijo una señora del barrio a mi mamá,que me hiciera estudiar costura en vez de perder el tiempo haciendo rayitas.
Si era adivina, es mujer se debe haber muerto de hambre, no Martha?
Menos mal que siguió su camino y realizó tan noble actividad de la forma en la que lo hizo y con esa calidad tan única e inimitable!
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